La Fiebre Amarilla no es del pasado: cambios ambientales y deforestación reactivan la amenaza
Experto de la OPS explica por qué el virus persiste a pesar de tener una vacuna "segura y eficiente".
La Fiebre Amarilla no es un virus del pasado; es una amenaza reemergente en las Américas, impulsada por los cambios ambientales y la creciente incursión humana en zonas selváticas. Así lo advirtió Jairo Méndez Rico, asesor regional para Enfermedades Virales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), durante su conferencia en el XI Simposio Colombiano y VII Congreso Latinoamericano de Virología, celebrado en la Universidad del Norte.
Méndez Rico inauguró el evento académico con la conferencia "Fiebre Amarilla en las Américas: Emergencia y Respuesta Regional", poniendo en primer plano la necesidad urgente de fortalecer los sistemas de vigilancia.
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La intersección humana y ambiental
El experto de la OPS señaló que el resurgimiento de la enfermedad en América Latina, con brotes en lugares inesperados como Tolima a finales de 2024 y mediados de 2025, es multifactorial.
"Desde el componente ambiental, el clima ha facilitado que los vectores selváticos se adapten a nuevos nichos. Pero el factor humano es crucial: estamos entrando cada vez más en áreas selváticas por deforestación, construcción, agricultura, deportes o turismo ecológico", aseguró.
Esta entrada a zonas donde el virus circula naturalmente entre mosquitos selváticos y primates no humanos "expone al ser humano a una infección que puede ser letal".
El talón de Aquiles: vacunación y comunicación
A pesar de que la Fiebre Amarilla cuenta con una vacuna "segura y disponible desde hace décadas", los brotes persisten. Méndez Rico apuntó a dos problemas centrales: la limitada producción de dosis para campañas masivas y, sobre todo, la comunicación.
"A eso se suma un problema clave: la comunicación. En muchos casos, la gente no cree en las vacunas o desconoce la importancia de vacunarse cuando vive o ingresa a un área de riesgo", dijo el experto.
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El mensaje central, insistió, es que la vacuna es "segura, eficiente y fundamental para prevenir la enfermedad" si se vive o viaja a áreas selváticas.

El rol indispensable de la vigilancia genómica
Ante el riesgo, la OPS trabaja en robustecer la vigilancia. Méndez destacó la importancia de la vigilancia genómica, una herramienta que se volvió "indispensable" con la Covid-19.
Esta herramienta es crítica para arbovirus como el dengue y la fiebre amarilla, ya que permite detectar tempranamente cambios que podrían permitirle al virus "adaptarse a vectores urbanos". Según Méndez Rico, "si el virus llegara a readaptarse a mosquitos urbanos y causar fiebre amarilla urbana, sería un escenario de gran riesgo".
La clave: interdisciplinariedad y compromiso político
El desafío más urgente para América Latina frente a virus emergentes y reemergentes sigue siendo la vigilancia, que debe ser un sistema completo con "compromiso político, vigilancia epidemiológica y de laboratorio robusta, detección temprana, respuesta rápida y trabajo en redes".
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El experto subrayó el papel esencial de las ciencias sociales. "Necesitamos comunicadores, líderes comunitarios y antropólogos para llegar realmente a las comunidades y hablar su lenguaje... Sin una comunicación efectiva es muy difícil lograr que las comunidades entiendan el riesgo y colaboren en la detección temprana".
Al cierre, Méndez Rico celebró que Barranquilla y la academia acojan este congreso, pues "sin la academia la salud pública no puede funcionar plenamente".